viernes, 9 de septiembre de 2011

Introducción a las flores de Bach.




Erase una vez un médico llamado Edward Bach, el cual se dedicaba a la bacteriología. Estaba convencido de que la enfermedad, tanto psíquica como fisiológica, tenía sus raíces en el paciente mismo. Consideraba pues los males como productos de malas costumbres, acciones equivocadas o pensamientos negativos. De allí también la certidumbre que el paciente se podía curar viendo la vida de otra manera.
A la sazón, a ese médico galés de 35 años, le dieron cuatro meses de vida. Decidió, por lo tanto, dedicar ese corto tiempo a buscar dentro de la naturaleza misma los remedios a esas enfermedades y desgracias. Encontró pues treinta y ocho flores distintas, cada una con su papel y patrón. Es ese sistema que se suele llamar Flores de Bach y cada frasco contiene la energía de una flor.
Existe también otro frasco llamado Rescate (RESCUE), muy popular por su gran eficacia en casos de emergencias, shocks o estres. Bach lo creó juntando cinco flores de su sistema: CHERRY PLUM (Ceferasífera), CLEMATIS (Clematide), ROCK ROSE (Heliantemo), IMPATIENS (Impaciens) y STAR OF BETHLEM (Leche de Gallina). RESCUE igualmente existe en crema or spray. Hoy en día, a la crema, se le añade también CRAB APPLE (Manzana salvaje) con el fin de curar los problemas de piel.
Edward vivió quince años más, apasionado que estaba por la vida y sus investigaciones, prueba viva de su teoría. Ayudó a muchos pacientes,  igual que a si mismo, durante esos años y escribió también sobre el tema de la enfermedad y curación.
En cuanto a las flores, que os iré presentando a lo largo de los artículos, se dividen en siete grupos:

1) el miedo
2) la incertidumbre
3) el desinterés por el presente
4) la soledad
5) la desesperación
6) el sufrimiento por los demás
7) la hipersensibilidad

El método de fabricación es muy  fácil y totalmente natural: se recoge la flor y se la pone durante unas horas en agua de fuente en pleno sol de mediodía. Después, se cuela el líquido y se conserva añadiendo un poco de coñac a la preparación.

A veces, algunas flores parecen tratar el mismo tema. Lo que las diferencia es en general el grupo en el que se encuentran, es decir el motivo profundo detrás del síntoma. Por ejemplo: OLIVE (Olivo) y HORNBEAM (Hojarazo o carpe) tratan igualmente la fatiga. Sin embargo, OLIVE es una flor de desinterés por el presente (conectará, pues, el paciente con la realidad) cuando HORNBEAM ayuda a aclarar las dudas, siendo una flor de incertidumbre.
Flores tales como HONEYSUCKLE (Madreselva) y WALNUT (Nogal) nos ayudan a adaptarnos y a cortar con el pasado pero si la primera  restablece el interés por el presente, la segunda cura la hipersensibilidad al cambio.

Se suele decir que la primera flor encontrada por él fue Impatiens, ya que él entraba en el patrón de esa flor, él de una persona impaciente, irritable y muy rápida que busca la soledad con tal de no aguantar a la lentitud de los demás.
De hecho, si unas flores se necesitan de manera circunstancial (como ejemplo, tenéis la SWEET CHESTNUT, Castaño Dulce que trata las angustias extremas), otras describen una personalidad en la cual unos se pueden reconocer, como Impatiens.

Las flores convienen a cualquier persona: tanto niños o recién nacidos como mujeres embarazadas o gente en coma. Son compatibles con cualquier tipo de tratamiento y son un método dulce y natural que nos lleva al camino de nuestra conciencia, lo que somos realmente detrás de la capa de traumas o malas experiencias vividas.

A raíz del descubrimiento de Bach, se empezaron a crear otros sistemas tan valiosos como el original y cada uno con sus especialidad. Existen por lo tanto flores de California, orquídeas del Pirineo, un sistema del Bush de Australia etc.

Terminemos por una frase de Bach: " La enfermedad, aunque en apariencia tan cruel, es en sí misma benéfica ya existe por nuestro bien, y, si se interpreta correctamente, no guiará hacia nuestros errores esenciales".

Isabelle TOUSSAINT


Ilustración: retrato de Edward Bach

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