jueves, 10 de enero de 2013

Trabajar con imágenes y niños: un lenguaje directo



Tuve la gran oportunidad de oír una ponencia de una terapeuta de Tarragona, Neus Esmel Esmel sobre flores de Bach y dibujos de niños y quería compartir con vosotros la enriquecedora experiencia.
Empezó recalcando la importancia de la creatividad a la hora de tratar con niños. La sorpresa fue grata cuando habló de utilizar las representaciones de las flores (como postales, cuadros, fotos) con el fin de sanar a los niños.
Se trata concretamente de dejar al pequeño paciente elegir la ilustración que prefiere, siendo en general la flor que él necesita en el momento. Los resultados son muy significativos y demuestran, si hacía falta, la profunda  compenetración entre los infantes y las flores.
A partir de allí, se aconsejaba desarrollar la creatividad de cada uno, animando al infante a ilustrar su problema a través de un cuento, de un graffiti, de un dibujo o pintura o bien de un manga, un cómic, dependiendo del gusto y nivel del paciente.
Recalcaba también lo acertado que era el “diagnóstico comparado” a la vista de los resultados obtenidos con la kinesiología, los cuales solían confirmar el primero.
Sin embargo, lo que más me ha llamado la atención practicando este método con niños fue como ellos podían “retratar” su propia familia.
De hecho, cabe recalcar que nuestros vástagos tienen sus propias vivencias e interpretaciones de los hechos y las personas que les rodean, por mucho que queramos imponerles nuestra visión. Eso se refleja mucho cuando el terapeuta le dice al niños de elegir una flor para cada miembro de su familia. El resultado es acertado, duro, contundente. Allí, ellos se convierten en nuestros maestros y nos toca “aprender la lección”.
Insisto otra vez en lo intuitivos que son los niños, ya que, sin necesidad de palabras ni influencias externas, eligen la flor que resume a su padre/madre/hermano con una lucidez asombrosa.
Personalmente, cuando mi hijo me escoge una flor, suelo hacerle caso  porque él habrá visto algo que no percibí pero que necesito sanar.
Son numerosos los ensayos que hablan de esa conexión entre esencias y niños, de esa felicidad que aporta la flor y de las reacciones inmediatas y profundas que tienen los pequeños al tomarlas.
Ciertos terapeutas afirman incluso que el mero hecho de mirar la foto de la esencia y de dibujarla ayuda al niño a superar sus conflictos emocionales.
Estos símbolos e imágenes son un lenguaje más directo para llegar al pequeño, dejando fluir la sensibilidad y apartando el lado demasiado racional que puede estorbar la comunicación con el infante. Estos métodos están a  nuestro alcance, utilicémoslos para serenar a nuestros hijos y hablarles en su propio lengua.

Isabelle Toussaint

miércoles, 18 de julio de 2012

La Contra: Alejandro Corchs

La Contra: Alejandro Corchs
Da todo el amor que puedas, pide todo el amor que necesites. Y todo lo que hagas a otros te lo haces a ti... Y, con un proverbio cheroqui, enseño que juzgar no es amar.