viernes, 9 de septiembre de 2011

El Nogal, el castaño y la vuelta al cole: las flores de la adaptación y de la confianza



Por estas fechas, numerosas madres deben estar sufriendo por la famosa vuelta al cole, o también por la primera vez en la guardería, de sus queridos vástagos.

Este sufrimiento, si es bien humano y comprensible, es también evitable: preocuparse es bueno siempre y cuando el miedo no interfiere en el desarrollo del niño y que encontramos maneras de motivar a nuestros hijos  a lanzarse en la aventura escolar. Preocuparse es malísimo cuando transmitimos el miedo a un infante que ya bastante tiene con el suyo propio y cuando le infantilizamos al pensar que será incapaz de adaptarse cuando somos nosotras, muchas veces, que no nos acostumbramos a los cambios.

Para superar este periodo delicado, podemos proponer la flor de Nogal, “WALNUT, la cual nos permite adaptarnos fácilmente a las innovaciones de la vida, junta con “RED CHESTNUT” (Castaño rojo) que corta el miedo excesivo por los seres queridos.

La primera (“WALNUT”, pues) nos hace sentir estables en un mundo inestable, nos protege de las influencia externas con el fin de conservar entera nuestra “identidad”. Es una flor de ruptura con el pasado y aceptación de la novedad. Cabe decir que nos resulta muy útil en el mundo actual, lleno de traslados y cambios de trabajo o de escuela.

La segunda (“RED CHESTNUT”) evita la ansiedad por la gente que amamos (¿demasiado, mal?), evita también esa sobreprotección tan frecuente y dañina hoy en día, aquella que impide el crecimiento de nuestros hijos o que detiene el proceso de curación si viene al caso. Aquí, un comentario aparte sobre esta sobreprotección: ahora, parece que nuestros hijos no pueden tener ningún obstáculo en su camino, que todo tiene que ser un camino de rosas, por lo tanto totalmente fuera de la realidad. Todos, por ejemplo, deben sacar “excelentes”, mejor dicho los profesores deben siempre ponerles un excelente para que no se desanimen;  es más, doy fe que, cuando un bebé de un año se cae (¿quién nos se ha caído alguna vez intentando caminar?), se arma un escándalo callejero mayor que cuando se trata de defender ideas como al democracia. Podría llenar la página de anécdotas parecidas (a veces hasta divertidas) pero sólo quiero subrayar un hecho: que cada vez menos preparamos a la juventud a lo que es la vida real, con sus dificultades y, sobre todo,  sus soluciones.

Precisamos que estas flores se pueden dar tanto a los padres ansiosos como a los niños, ya que la familia es dinámica y transmisión constantes.

Dejemos, por favor, de desconfiar de la capacidad de nuestros hijos a asimilar el cambio que supone la vuelta al cole (y, de desconfiar además, de paso, del docente encargado de llevarlos a buen puerto) o cualquier otra “fluctuación”. Confiar  hace libres tanto a nosotros mismos  como a los demás, vale la pena intentarlo.

Isabelle TOUSSAINT

No hay comentarios:

Publicar un comentario